jueves, 1 de marzo de 2007

Resumen comentado sobre artículo "Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente"

Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Instituto Pedagógico de Caracas
Subprogramas de Especialización y Maestría en Lectura y Escritura
Curso: Fundamentos Pedagógicos de la Lectura y Escritura
Profesora: Angélica Silva


Autora: Clara Canario
Cohorte: 2006-II

Resumen comentado

Bibliografía:

Lerner, D. (1994) Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente.
Lectura y Vida,15(3), 33-54.

Vocabulario especializado:

1. Transposición Didáctica: transferencia de conocimientos que ocurre entre individuos que no son pares, con la finalidad de reducir el abismo entre la práctica escolar y la social.
2. Contrato Didáctico: reglas que le son propias a la escuela y que regulan las relaciones que alumnos y docentes mantienen con el saber.


Resumen:

La investigadora argentina Delia Lerner, quien es especialista en el área de didáctica de la lectura y escritura, organizó en 6 apartados o sub temas un esbozo acerca del tema de la capacitación en servicio y el cambio en la propuesta didáctica vigente. Los títulos de dichos apartados reciben los siguientes nombres: (1) Un desafío: cambiar la propuesta didáctica vigente, (2) En la escuela, ¿es factible el cambio?, (3) La capacitación: condición necesaria pero no suficiente para el cambio en la propuesta didáctica, (4) Acerca de la transposición didáctica: la lectura y la escritura como objetos de enseñanza, (5) Acerca del contrato didáctico y (6) La capacitación en servicio: modalidades, contenidos y estrategias didácticas. A lo largo de su exposición, la autora describe lo que se vivió en Argentina, a nivel educativo, en relación con la didáctica de la lectura y la escritura entre los años 1988 y 1991. Revela al lector que son muchos los desafíos que la escuela debe enfrentar si su propósito es la formación de individuos que lleguen a ser lectores y productores competentes de textos. En atención a ello, la autora comenta cómo la rutina, la moda y la innovación han impedido la efectiva implementación de reformas educativas en los planteles. Asimismo, explica que más allá de ocuparnos de la capacitación docente, es necesario investigar lo que está sucediendo dentro de las aulas. También, la autora expone que entre la práctica escolar de la lectura y la escritura y la práctica social, existe un gran abismo o un problema que llama la “transposición didáctica”. Este problema parece ser consecuencia de una praxis incorrecta de lo que la autora llama “contrato didáctico”. En este último aspecto, señala que están involucrados docentes, alumnos, escuelas, objeto de conocimiento, programas escolares, organismos rectores de la educación y el currículum. Finalmente, la autora describe cómo se organizó, desarrolló y evaluó la capacitación docente en la Provincia de Buenos Aires, hacia la transformación de la práctica didáctica de la lectura y de la escritura de docentes en servicio, de las escuelas que presentaban altos índices de fracaso escolar.

Comentario Crítico:

Luego de haber revisado el artículo “Capacitación en servicio y cambio en la propuesta didáctica vigente”, escrito por la investigadora argentina Delia Lerner, son muchas las inquietudes e interrogantes del pasado que ahora veo esclarecidas. Conocer de cerca, por experiencia propia, la forma en que muchos docentes asumimos la didáctica de la lectura y la escritura, en aulas de Educación Básica, me lleva a identificarme plenamente con lo planteado por esta autora.
Ciertamente, por años, la sociedad en general, ha planteado y expuesto sus reclamos en relación con los conocimientos generales que dominan los niños que inician sus estudios en la primera y segunda etapas de Educación Básica. Son niños que, generalmente, presentan graves deficiencias tanto en el dominio de la lectura oral como en la comprensión de textos. La culpa de éstas, y otras fallas más, es siempre atribuida a la escuela y a los maestros. Ante tal realidad siempre me pregunté: ¿qué está pasando dentro de las aulas escolares con la enseñanza de la lectura y la escritura?, ¿cuál es la didáctica que la mayoría de los docentes conoce y aplica para enseñar a leer y escribir?, ¿qué ha pasado con las propuestas de cambios curriculares que gobierno tras gobierno se han implementado?, ¿por qué los docentes se “actualizan” con tantos cursos, talleres y jornadas y los resultados académicos siguen siendo deficientes? Afortunadamente, y después de varios años de inquietud, estas preguntas que siempre me había hecho, las siento ahora claramente respondidas con la lectura de este artículo de Delia Lerner.
En lo que se refiere al intento de cambio de la didáctica, dentro la escuela, y a través de la capacitación docente, concientizo ahora, que aunque sean muchos los talleres, cursos, jornadas o charlas a las que los docentes asistan, no se alcanzarán cambios profundos en la enseñanza de ningún área académica, porque en el acto educativo permanece anclada la rutina. Una rutina didáctica que difícilmente cambiará de una día para otro. Aunque varíen los programas escolares, el docente seguirá adaptando su rutina a cualquier transitoria novedad curricular. Seguirá siendo el docente quien entonces decida qué libros leerán sus alumnos, cómo se deben interpretar y cómo se deben evaluar.
La mayoría de los docentes tenemos plena consciencia de que al niño se le debe preparar para que pueda desenvolverse dentro de la sociedad como una persona crítica y con su propia visión del mundo. Así lo expresa claramente la Constitución. El problema, creo entonces, radica en que los docentes no hemos tenido la oportunidad de conocer el fondo del problema didáctico. No se han dado los espacios para informar a los docentes sobre los adecuados fundamentos pedagógicos que se deben aplicar en el acto educativo. Y si entonces desconocemos las reglas que deberían guiar nuestra actuación docente y la de nuestros alumnos en la relación didáctica: ¿cómo podemos lograr un cambio profundo en la enseñanza de la lectura y la escritura? Al parecer, una solución favorable consistiría en diseñar, coordinar, ejecutar y evaluar una intensa y extensa capacitación de docentes en servicio como respuesta de un cambio curricular en la formación docente a nivel universitario.
En una capacitación de este estilo estuvo involucrada la investigadora Delia Lerner durante un período de 3 años. En ese tiempo, y a lo largo del proceso de capacitación, no sólo fue necesario profundizar sobre el cambio didáctico; también se actualizó a los docentes de la Provincia de Buenos Aires en cuanto a contenidos lingüísticos y psicolingüísticos, para lograr convencerlos sobre un verdadero cambio del paradigma educativo. Sabemos que este trabajo no es para nada sencillo y que quizás son pocas las personas que estarían dispuestas a prestarse tanto para coordinar como para participar, desde sus aulas de clase, en una profunda transformación didáctica. Pero, realmente estoy segura que si la educación venezolana no se atreve a vivir una transformación (igual o semejante) como señala el modelo argentino, de nada servirán los pequeños cambios de diseños curriculares, ni las propuestas que día a día ofrecen quienes investigan en el área de lengua, o de cualquier otra área. De muy poco servirán los talleres, jornadas, cursos y hasta las maestrías pues, indudablemente, la población estudiantil que se verá beneficiada a futuro con los cambios didácticos, cubrirá un porcentaje muy pequeño, en comparación con la población total venezolana que es formada desde las escuelas.
Finalmente, ante toda esta problemática planteada, muy particularmente, me siento con el compromiso de facilitar a mis alumnos universitarios los mejores conocimientos teórico-prácticos sobre la importancia y necesidad de una nueva didáctica de la lengua. Los resultados se vislumbrarán quizás, en un futuro no muy cercano. Pero con constancia y empeño algún día la educación venezolana contará, por un lado, con individuos egresados de Educación Básica que respondan al modelo de ciudadano crítico que propone la Constitución de nuestro país y, por otro, con futuros profesionales en servicio que continuarán renovando su práctica profesional a través de estudios de cuarto nivel, a saber: maestrías y especializaciones en el área de la lengua, la literatura u otras.